Promueven diez plantas de compostaje en granjas de Lleida, la mayoría en Alcarràs

Este municipio concentra la gran mayoría de las instalaciones para el tratamiento de deyecciones. Ante la escasez de fincas agrícolas en las que aplicar las deyecciones de los animales como fertilizante

Los proyectos de plantas de tratamiento de deyecciones dentro de las granjas proliferan desde hace más de un año en Alcarràs, que concentra la gran mayoría de las instalaciones de compostaje previstas en las comarcas leridanas. De la decena que ha iniciado su tramitación ante los ayuntamientos y la Generalitat desde principios de 2020, siete deberán construirse en esta localidad del Segrià, que tiene una de las mayores densidades de explotaciones ganaderas por kilómetro cuadrado de toda Europa.

Sin apenas superficie disponible para nuevas granjas, las instalaciones de tratamiento de deyecciones se han convertido en necesarias para ampliar las ya existentes e incluso para evitar que cierren.

El número de animales que puede acoger cada granja está limitado por el volumen de deyecciones que puede gestionar, ya sea con fincas agrícolas donde aplicarlo como fertilizante sin superar los límites legales; o bien con plantas de tratamiento de deyecciones. Estas pueden servir a una sola granja o ser compartidas. Todo esto se recoge en planes de deyecciones que valida la Generalitat. Decenas de ganaderos de Alcarràs llevan purines a la planta de secado, mientras una agrupación local ultima una gran planta de compostaje (ver desgloses). Junto a estas instalaciones de uso común, proliferan proyectos para instalar otras en grandes explotaciones.

El producto del compostaje es un fertilizante orgánico cuyo precio hace rentable gestionar las deyecciones

La norma que fija distancias mínimas entre granjas y la escasez de suelo para aplicar purines hace casi imposible construir nuevas explotaciones en Alcarràs. Amplir las ya existentes es prácticamente la única forma en que los ganaderos del municipio pueden aumentar su número de animales. Algunos de estos proyectos de ampliación incluyen sus propios sistemas de tratamiento de deyecciones.

Por otra parte, ganaderos de Alcarràs se han visto obligados a adoptar estos tratamientos para corregir planes de deyecciones que la Generalitat había considerado válidos hasta 2016. Ese año, Agricultura descubrió algo que contravenía la ley en el 15% de los planes de toda Catalunya: dos o más granjas compartían unas mismas fincas donde verter purines. Al no disponer de otros terrenos cercanos donde aplicarlos, tratarlos es la única opción para evitar reducir los animales, algo que puede comprometer la viabilidad de las granjas. El producto del compostaje es un fertilizante orgánico que puede venderse a precios que hacen rentable la gestión de las deyecciones.

Compostaje para un proyecto que opta a fondos de la UE

La gran planta de compostaje que la agrupación de ganaderos de Alcarràs construye en la zona de Vallmanya se ha convertido en el eje de un proyecto de economía circular que opta a los fondos Next Generation de la UE. Sus promotores esperan poder iniciar pruebas en breve en las instalaciones ya construidas mientras completan los trabajos en el resto del complejo.

La planta de secado pasa a manos de una firma portuguesa

La planta de secado de purines de Alcarràs ha pasado a manos de Capwatt, una firma de Portugal que la ha comprado junto a las otras cinco que el grupo Ignis tenía en Huesca, Barcelona y Castilla y León. Los nuevos propietarios llevan dos meses al frente del complejo del Segrià, que mantiene la plantilla y han seguido tratando deyecciones sin interrupción, según ganaderos de la zona.

Fuente de Información: Segre

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